Narrador: Era un matrimonio joven que tenía dos hijos. Un viernes salieron el padre y la madre para cenar. Dejaron al hijo mayor que tenía doce años encargado de su hermanito, que era un bebé. La verdad es que le dio mucha lata el pequeñín.
Al final el hijo mayor le pasó a su madre una factura.
Hijo mayor (escribiendo la factura): Porque ha llorado, cinco euros; porque le he dado de comer, cinco euros; porque le he dado de beber, dos euros; porque no me ha dejado tranquilo, seis euros; porque lo he tenido que limpiar, dos euros; total, veinte euros.
Narrador: Cuando llegaron los padres, la madre al ver la factura, le dio los veinte euros.
Madre (mientras le da al niño el dinero): Porque ha llorado, cinco euros; porque le has dado de comer, cinco euros; porque le has dado de beber, dos euros; porque no te ha dejado tranquilo, seis euros; porque lo has tenido que limpiar, dos euros; total, veinte euros.
Narrador: Y la madre cuando su hijo se acostó, escribió por detrás de la factura: por los nueve meses que te llevé en mi vientre, un regalo; porque me levanté mil veces a cuidarte, un regalo; porque sólo vivo para ti, un regalo; total, siempre un regalo.
Narrador: Y la madre cuando su hijo se acostó, escribió por detrás de la factura: por los nueve meses que te llevé en mi vientre, un regalo; porque me levanté mil veces a cuidarte, un regalo; porque sólo vivo para ti, un regalo; total, siempre un regalo.
Cuando el niño se levantó por la mañana y vio la nota de su madre no cogió los veinte euros.
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