Había una vez un pobre leñador que regresaba a su casa después de una jornada de duro trabajo. Al cruzar un puentecillo sobre el río, se le cayó el hacha al agua.
Entonces empezó a lamentarse tristemente:
-¿Cómo me ganaré el sustento ahora que no tengo hacha?
Al instante, ¡oh maravilla!, una bella hada aparecía sobre las aguas y dijo al leñador:
-espera, buen hombre; traeré tu hacha.
Se hundió en la corriente y, poco después, reaparecía con un hacha de oro entre las manos. El leñador dijo que aquella no era la suya. Por segunda vez se sumergió el hada, para reaparecer después con otra hacha de plata.
-Tampoco es la mía-dijo preocupado el leñador.
Por tercera vez el hada buscó bajo el agua. Al reaparecer, llevaba en sus manos un hacha de hierro.
-Oh, gracias, gracias! ¡Esa es la mía!
-Pero, por tu honradez, yo te regalo las otras dos.
Esta historia nos anima a todos a ser sinceros y a decir siempre la verdad.
me pasarias mas fotos del cuento
ResponderEliminarNo recuerdo muy bien de dónde salió la imagen, pero en internet la puedes encontrar por ejemplo: http://elnacional.com.do/wp-content/uploads/2017/05/deee.jpg
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