miércoles, 25 de abril de 2012

La mala suerte


En aquella tienda de animales la mala suerte tenía un nombre: Pescafrito, un pequeño pez famoso porque nunca estaba en el acuario adecuado. Cada vez que tocaba reordenar los tanques, Pescafrito acababa por error o descuido en el más peligroso para él. Desde otros tanques tranquilos y seguros, sus primos y hermanos veían divertidos sus carreras por evitar ser la merienda de algún grandullón.
A pesar de su increíble mala suerte, Pescafrito no se desanimaba, y en cada carrera ponía todo su empeño en librarse de nuevo, aunque sintiera el dolor de algún que otro mordisco en sus aletas o el cansancio de nadar entre plantas y rocas.
Así fue sobreviviendo Pescafrito Malasuerte, como todos le llamaban, hasta que un día de reorganización en los acuarios, Pescafrito por fin acabó compartiendo tanque con todos sus primos y hermanos. Pero mientras se juntaban a su alrededor un cuidador despistado echó en ese mismo tanque al más grande, hambriento y peligroso de los peces de la tienda. Fueron sólo unos minutos, pero el enorme pez no necesitó más para acabar con todos los pececillos... excepto Pescafrito, que acostumbrado a huir de muchos peces a la vez, no tuvo problemas en escapar.
Poco después entró en la tienda un gran experto en acuarios, y al ver a Pescafrito vivo en el mismo tanque que el pez grande no se lo podía creer. Estuvo horas en la tienda, observándolo, viéndolo escapar una y otra vez con increíble capacidad para esconderse. No tenía dudas: era un pez único en el mundo, y el experto lo llevó consigo para ser la estrella de todas sus colecciones y acuarios.
Y allí Pescafrito vivió feliz con todo tipo de atenciones y cuidados, pensando lo buena que había sido para él su famosísima mala suerte.
Ya ves. Nunca digas que tienes mala suerte. Trabaja, esfuérzate, y al final conseguirás buenos resultados, de la misma forma que le pasó a Pescafrito.

miércoles, 18 de abril de 2012

Pascua: Estamos alegres

Han terminado las vacaciones y nos toca mirar hacia delante, ya que tan solo nos quedan dos meses para terminar el curso, dos meses para seguir siendo buscadores de alegría. ¿Y sabéis dónde podemos encontrar la verdadera alegría? En Jesús. ¿Por qué? Porque estamos en Pascua, porque estamos celebrando que Jesús después de morir resucitó, volvió a vivir y ahora está cada día junto a nosotros. ¿Recuerdas cómo sucedió?
Era domingo por la mañana, muy temprano. Las mujeres fueron a ver a Jesús que había muerto en la cruz. Pero algo extraño había sucedido: ¡El cuerpo de Jesús no estaba allí! ¡Se había ido!
Entonces vieron a un ángel en medio de la luz.
- No tengáis miedo – les dijo -. Sé que estáis buscando a Jesús, pero no está aquí. Dios le ha devuelto la vida. Jesús está vivo.
¡Aquel fue el día más feliz para aquellas mujeres!
Estamos en Pascua. Es un tiempo para estar felices, porque Jesús sigue vivo junto a nosotros. Así que vivamos alegres cada día y contémosle a Jesús todo lo que nos sucede, nuestros problemas, nuestros éxitos… Él nos escucha siempre y nos ayuda, porque está vivo.